Su pertenencia en la antigüedad al reino de Ryukyu, le confiere una personalidad específica con un rico legado cultural, su propia lengua, arquitectura y gastronomía. Aún en la actualidad conserva su propio estilo de vida, algo menos estresante que sus hermanas islas mayores y con costumbres curiosas, como por ejemplo: el festival "Tsunahiki Marsuri", en el se compite con una enorme cuerda.
12 oct 2011
Okinawa ( Japón )
Este es otro Japón, el de las playas blancas y de las palmeras. Famoso por la destrucción sufrida durante la Segunda Guerra Mundial, ha resurgido hoy en día y se muestra como un destino turístico para los miles de japoneses que buscan su clima suave y sus playas paradisiacas.
Su pertenencia en la antigüedad al reino de Ryukyu, le confiere una personalidad específica con un rico legado cultural, su propia lengua, arquitectura y gastronomía. Aún en la actualidad conserva su propio estilo de vida, algo menos estresante que sus hermanas islas mayores y con costumbres curiosas, como por ejemplo: el festival "Tsunahiki Marsuri", en el se compite con una enorme cuerda.
Su pertenencia en la antigüedad al reino de Ryukyu, le confiere una personalidad específica con un rico legado cultural, su propia lengua, arquitectura y gastronomía. Aún en la actualidad conserva su propio estilo de vida, algo menos estresante que sus hermanas islas mayores y con costumbres curiosas, como por ejemplo: el festival "Tsunahiki Marsuri", en el se compite con una enorme cuerda.
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