Mejor que tirar un chicle usado al suelo es pegarlo a una pared especialmente dedicada a ello.
En Seattle, todos los días encuentras algo que te sorprende y en esta ocasión cerca del "Pike Place Market", en un callejón lateral, hay una casa con la fachada llena de chicles creando casi una obra de arte, aunque desde el punto de vista de higiene sería muy discutible.
Todo proviene parece ser de que en un momento dado el alcalde de "Seattle" se hartó del coste que tenía el limpiar las aceras de la pegajosa sustancia tan utilizada por los americanos. Así que decidió dedicar la fachada de uno de los edificios públicos como panel donde pegar los chicles usados. Esto además tiene la ventaja de que ya no sea necesario tampoco pintar dicha fachada ¡¡¡ matando 2 pájaros de un tiro !!!
Tal es la fama adquirida por esta casa que ha quedado registrada como uno de los "100 puntos que no se deben visitar en el mundo" pero cuando nosotros estuvimos estaba lleno de curiosos.
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